-Mis razones-

Han sido muchas las concentraciones y manifestaciones que tras los fatídicos sucesos del 30-D se han desarrollado. Si bien partimos de la base de que en todas quedaba clara la repulsa de los convocantes a la violencia, a la extorsión y a la coacción, no en todas se ha querido integrar a toda la sociedad. Ejemplo claro: las manifestaciones del pasado sábado, tanto la de Madrid como la de Bilbao. En ambas los convocantes hicieron un manifiesto y eligieron el lema. Una vez hecho todo esto invitaron a todo el mundo a que se sumase a las marchas. Querían que más de la mitad de la sociedad española comulgase con ruedas de molino. El que no comulgo fue porque quería dividir, en vez de integrar; porque anteponía su interés al de todos los españoles. O al menos eso nos decían.

Todo una sarta de memeces y de disparates.

Si hubieran querido que las victimas del terrorismo, el Foro Ermua, el Partido Popular o miles de ciudadanos anónimos y ansiosos de libertad fuesen les habrían invitado a participar en la organización del evento. En vez de emplazarlos a una hora en un determinado lugar para que aplaudiesen cuando había que aplaudir y callasen cuando había que callar.

Aquí radica la gran diferencia. El Foro Ermua podía haber convocado una manifestación unilateralmente, igual que hicieron ellos, pero no. No lo han hecho porque su única intención es la de que el día tres estemos en Madrid cuantos más españoles mejor para que a ETA le quede bien claro que no nos van a tomar mas el pelo.

Por eso han querido contar con todos y por eso mismo podrán contar conmigo.